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TENGO LA MENOPAUSIA, ¿Y QUÉ?


A partir de los 45, todas las mujeres iniciamos esta etapa que (a veces) puede causarnos ansiedad, trastornos físicos o psicológicos. ¿Es inevitable pasarlo mal? En absoluto. No es una enfermedad, sino un ciclo más para vivir sin traumas.

Esta etapa de la vida  suele ir acompañada de importantes cambios físicos y emocionales que generan angustia y, quizá por eso, tendemos a vivir la menopausia como una patología inevitable cuyos trastornos hay que sufrir con resignación. Nada más lejos de la realidad. Si a partir de los 45 años hacemos los cambios necesarios en nuestro estilo de vida, podremos reducir al mínimo los síntomas (insomnio, sequedad de piel, sofocos, sobrepeso…) y enfrentarnos a esta fase en perfectas condiciones. Y si eso no basta, ayúdate con terapias naturales. ¡Funcionan!

Adiós a las noches en blanco.
“La mitad de las mujeres en esta etapa tienen problemas para conciliar el sueño”, señalan en la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). De hecho, “el insomnio es el síntoma más habitual que suelen sufrir las mujeres al llegar a esta edad, y se debe tanto a los síntomas motores (sofocos) que se experimentan con la disminución de los niveles de estrógenos, como a factores emocionales y de estrés que suelen acompañar este periodo”, explica el doctor del Instituto Palacios Salud de la Mujer. La solución, para este experto, pasa “por la psicoeducación, para enseñar a la paciente a dormir y, si no funciona, la terapia hormonal sustitutiva o el tratamiento con melatonina funcionan muy bien”.

Cuidados a flor de piel.
“El Plasma Rico en Plaquetas y Factores de Crecimiento es el tratamiento estrella para tratar los problemas cutáneos en la menopausia. Consiste en hacer una pequeña extracción de sangre que se centrifuga para obtener este plasma de la propia paciente e inyectarlo, junto con colágeno, en cara, cuello y rostro”, señala la doctora especialista en Medicina Estética del centro Novadona. La experta también recomienda “no descuidar el cuello, escote y manos, complementar cualquier tratamiento de la piel con una dieta adecuada y utilizar cremas y sérums con genisteína, una isoflavona de soja que, en cierta manera, compensa la pérdida de estrógenos que se tiene en esta etapa”.

¡Guerra al sobrepeso!
Durante la menopausia, la naturaleza “intenta compensar la falta de estrógenos ováricos produciendo en la grasa corporal un estrógeno de poca potencia (estrona) que dificulta la eliminación de grasas, por eso se engorda”, señala el endocrino director del Centro Médico Núñez de Balboa (Madrid). Para mantener el peso, “la dieta más adecuada es la hiperproteica normalizada, basada en proteínas del mar y de la granja, con verduras y con un aporte diario 3+3+3 (3 cucharadas de aceite, 3 rebanadas de pan y 3 frutas). No hay que olvidarse de tomar alimentos ricos en calcio y beber mucha agua”, apunta el doctor.

Sí a la actividad laboral.
“El principal error que cometen las mujeres cuando llegan a esta edad es dejar el mundo laboral si tienen unos padres o algún hijo dependientes. Aunque cueste mucho esfuerzo, aunque se esté muy agobiada, hay que seguir manteniendo nuestra parcela de independencia económica”, señala la asesora laboral especializada en mujeres, quien afirma que “es la etapa más productiva de la vida de la mujer; el problema es que no siempre es fácil resistir y llegar a ella integrada en el mundo laboral”.

El sexo, con otro ritmo.
La falta de estrógenos es responsable de que, en esta etapa, la lubricación vaginal sea menor y que la penetración pueda llegar a resultar dolorosa. Pero no por ello hay que renunciar al sexo, sino plantearlo de otra manera. Para la ginecóloga del Instituto Palacios, “la solución consiste en aplicar terapia hormonal sustitutoria y recurrir a las cremas lubricantes cuando sea preciso”. Y recuerda que tu respuesta será un poco más lenta, así que ¡tomaos todo el tiempo necesario!

Equilibrio emocional.
Nuestras hormonas, en esta fase, provocan muchos cambios de humor, desencuentros, emociones alteradas… “En una situación así se puede utilizar como técnica preventiva y de emergencia la sanación pránica. El experto, imponiendo sus manos sobre la paciente (sin que se produzca contacto físico), trabaja los campos energéticos de la mujer, tanto a nivel físico como psicológico, para que se sienta mejor y para que se regule y reordene, con las nuevas directrices que marca la menopausia, su sistema hormonal”, afirma una psicóloga y terapeuta.

¡Esto funciona! 3 estrategias muy eficaces:

1. Meditación. Cinco minutos al día son suficientes para mejorar los sofocos y el control de los vaivenes emocionales.
2. ‘Superbrain yoga’. El objetivo de esta técnica es equilibrar los hemisferios cerebrales y relajar la mente.

3. Aquaerobic. Fortalece los huesos y reduce los sofocos, ya que el agua reduce la temperatura corporal.

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