Los
sabios comparan sin atenuantes la palabra con un puñal afilado o una espada.
Son metáforas poderosas que buscan alejarnos del incendio
que provocan los chismes o la calumnia.
“La calumnia tiene la peculiaridad de hacerse
realidad aunque carezca de fundamento”. Sandor Marai.
La
palabra sirve para admirar o criticar, unir o enfrentar, sanar o herir. ¡Cuán
poderosa es!
Con razón se dice que Dios nos dio dos oídos
y una sola lengua para hablar menos y escuchar más.
También se asegura que un buen conversador es el que
mejor sabe escuchar.
Tú eres inteligente si huyes de la calumnia y
aprendes a usar la lengua,
amas el silencio y haces una escucha activa.
Que tu
palabra sane: Con palabras
dulces enamoras, con palabras de fe inspiras y con un buen silencio ganas paz.
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