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COMO ES ESO DE LA PRÁCTICA DE LA MEDITACIÓN


No piense que sólo sentándose con los ojos cerrados usted practica la meditacion.
La práctica consiste en mantener la atención plena, ya sea sentado, caminando, parado o acostado.
Cuando deja de estar sentado, no piense que está saliendo de la meditación, sino que sólo está cambiando de postura.
Conservará una continua atención plena dentro de usted mismo.
Si piensa así, tendrá paz.

¨Fui por todas partes buscando lugares para meditar. No me di cuenta de que el lugar ya estaba allí, en mi corazón. Toda la meditación está allí, dentro de usted¨.
Nacimiento, vejez, enfermedad y muerte, están justo allí, dentro de usted.
Viajé por todas partes hasta que estuve a punto de caer muerto de cansancio. Sólo entonces, cuando me detuve, encontré lo que estaba buscando, dentro de mí.
Nosotros no meditamos para ver el cielo, sino para terminar con el sufrimiento.
Usted debe meditar para ver lo que nunca ha visto. ¿Nació experto? No. Primero debe estudiar. Un limón es ácido sólo cuando lo ha probado.

Debemos practicar la meditación cuando estamos desganados y no únicamente cuando nos sentimos llenos de energía o de humor para hacerlo.

En cualquier cosa que hagamos, debemos observarnos a nosotros mismos.
Los días pasan pero no nos observamos.

Hay docenas de técnicas de meditación, pero todas ellas se resumen únicamente en esto: dejar que todo sea. Colóquese aquí a un lado, donde hay calma, fuera de la batalla. ¿Por qué no prueba?
Quedarse sólo pensando en la práctica, es como tratar de hacer un agujero en la sombra y no darse cuenta de lo esencial.

En la meditación se trata únicamente de la mente y las sensaciones. No es algo que usted tenga que perseguir o algo con lo que tenga que luchar. La respiración continúa mientras trabaja. La naturaleza cuida de los procesos naturales. Todo lo que tenemos que hacer es estar atentos, volviéndonos hacia nuestro interior para observar claramente. Así es la meditación.

Los fundamentos de nuestra práctica deben ser: primero, ser honesto y honrado; segundo, estar prevenido frente a las acciones incorrectas; y tercero, ser humilde dentro del propio corazón, ser discreto y estar satisfecho con poco.

Si estamos satisfechos con poco en lo que atañe a nuestras palabras y a todas las otras cosas, nos veremos a nosotros mismos, no estaremos distraídos. La mente estará cimentada en la virtud, la concentración y la sabiduría.

Al principio usted se apura para avanzar, se apura para regresar y se apura para detenerse. Usted continúa así con la práctica hasta que llega a un punto donde parece que no se trata de avanzar, ni de regresar, ¡ni tampoco de detenerse! Se terminó. No hay un detenerse, ni un ir hacia delante, ni un volver atrás.

Recuerde que usted no medita para "obtener" nada, sino para "quitarse" cosas de encima. Lo hacemos, no con deseo, sino con desprendimiento. Si "quiere" alguna cosa, no la encontrará.

Meditamos para aprender cómo dejar ir, no para incrementar nuestro apego a las cosas.
Si tiene tiempo para estar atento, entonces tiene tiempo para meditar.

A medida que meditamos varias cosas se presentan en la mente.
¿deberíamos investigarlas o sólo notarlas yendo y viniendo?
Si usted ve pasar a alguien a quien no conoce, podría preguntarse: ¿Quién es? ¿Dónde va? ¿Qué hace aquí?" Pero, si conoce a la persona, es suficiente con notar su paso.

El deseo en la práctica puede ser un amigo o un enemigo. Como amigo, hace que tengamos ganas de practicar, de comprender, de terminar con el sufrimiento.
Pero estar siempre deseando algo que no ha surgido aún, querer que las cosas sean de otra manera, solamente causa más sufrimiento, y éste es el caso cuando el deseo puede ser un adversario.
Al final, debemos aprender a deshacernos de todos nuestros deseos, aún del deseo de alcanzar la iluminación. Sólo entonces podemos ser libres.

Cada uno debe aprender a examinar sus propios estados mentales, a entrevistarse a sí mismo. Nadie mas puede hacerlo por uno.

Nuestra vida es un conjunto de elementos. Usamos convenciones para describir cosas, pero nos apegamos a las convenciones y las tomamos por algo real. Por ejemplo, las personas y las cosas tienen nombres propios. Podríamos retornar a los comienzos, antes de que las personas y las cosas recibieran un nombre y llamar a los hombres "mujeres" y a las mujeres "hombres", ¿cuál sería la diferencia? Pero nos aferramos a los nombres y a los conceptos, y así tenemos la guerra de los sexos y otras guerras también.
La meditación te ayuda a entender todo y a estar estar en paz y no en guerra.

Un consejo para la práctica de la meditación. "Tan sólo persista en la tarea".

Virtud, concentración y sabiduría, juntos forman el corazón de la práctica de la meditación.
La virtud mantiene al cuerpo y al propio lenguaje intactos. Y el cuerpo es la morada de la mente. Así es que la práctica tiene la forma de la virtud, la forma de la concentración y la forma de la sabiduría.
Es como un mismo pedazo de madera cortado en tres partes, aunque realmente es un solo tronco. Si queremos desechar el cuerpo y la mente, no podemos. Si queremos desechar la mente, no podemos. Debemos practicar con el cuerpo y la mente. De modo que, en verdad, virtud, concentración y sabiduría trabajan juntos en una sola unión armoniosa.

El verdadero fundamento de la enseñanza consiste en observar al "yo" como algo vacío.
Pero las personas meditan pensando en incrementar la propia opinión de su yo, de modo que no quieren experimentar ni sufrimiento ni dificultades. Quieren que todo sea cómodo y agradable.
Cuando surjan cosas placenteras, comprenda que están vacías. Cuando surjan cosas desagradables, observe que no son suyas. Pasan. No se relacione con ellas como algo propio, ni se vea a sí mismo como poseyéndolas.
Usted cree que el árbol de papaya es suyo, entonces ¿por qué no se siente herido cuando se tala? Si puede entenderlo, entonces ese es el camino correcto que conduce a la liberación.

La gente no estudia lo que está más allá del bien y del mal. Esto es lo que deberían estudiar.
No puedo decir "Yo voy a ser como este, yo voy a ser como ése".


Cuando vemos más allá del "yo" no nos aferramos más a la felicidad, y por eso podemos ser verdaderamente felices. Aprender a dejar ir sin luchar, sencillamente dejando ir, ser precisamente como es usted – sin aferrarse, sin apegarse, libre.

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