No
es nada nuevo, la comunicacion es la base de una pareja duradera. Pero que sea
fluida, sincera, positiva... no es tan fácil. Descubré cómo afecta a la
relación y cómo remediarlo.
Trasnocharse
especulando sobre cosas que desconocemos de nuestra pareja es una tarea
extenuante que, además de no reportar ningún beneficio, nos aleja de ella.
Y menos todavía
cuando hay poco tiempo para hablar (lo que suele ocurrir cuando hay niños en
casa) y se dan cosas por supuestas. La falta de comunicación es el verdadero talón de Aquiles de una
relación de pareja. Cuando observamos algún comportamiento extraño en
nuestra pareja, lo mejor
es abordarlo directamente. Algo tan sencillo como preguntarle si le
sucede o le preocupa algo soluciona. Solo este cambio de actitud soluciona el 90% de los problemas antes,
incluso, de que lleguen a producirse.
Lo que nunca debes hacer
1. A
mi pareja le pasa algo
Desde hace unos días está rara y esquiva. ¿Qué le estará
pasando? Te proponemos que cambies la pregunta. En vez de generar ‘basura
mental’ intentando
descubrir qué le ocurre, pregúntale directamente: “¿Qué te pasa?” Puede
que su respuesta no te guste, pero desde el momento en que la escuches ya no
tendrás que inventar respuestas, solo enfrentarte a la realidad.
2. ¿ Y sí...?
¿Y si no le gusta? ¿Y si se molesta? ¿Y si se enfada? ¿Y
si...? Solo la evidencia y la acción, pueden dar respuesta a esas
especulaciones. A veces el
temor, la inseguridad, la timidez o el exceso de prudencia limitan y coartan
nuestro modo de actuar en pareja. ¿Y si... lo intentamos de otra manera?
3. Me va a decir que...
¿Tenemos
el don de la premonición? Cada vez que especulamos acerca de que dirá nuestra
pareja si le planteamos alguna cuestión delicada estamos anticipándonos sin
necesidad y complicándonos la vida gratuitamente. Y aunque a veces
podemos intuir -y hasta acertar- qué sucederá, presuponer cuál será su
reacción, ese ejercicio solo sirve para generar un ruido mental que nos aparta
de la realidad y nos hace enmudecer. Así que podemos elegir entre especular e inventar qué nos dirán
o hablar y escuchar lo que nos dicen realmente.
4. Seguro que ahora mismo está pensando…
¡Ah! ¿Que además somos telépatas? Tanto que creemos saber de antemano lo qué piensa
la otra persona sobre las cuestiones que nos preocupan. Y es que suele ser más fácil
‘pre-ocuparnos’ que ocuparnos. Es más cómodo meternos en la cabeza del
otro que en la nuestra, porque, a priori, es más sencillo controlar el
pensamiento ficticio de los demás que pasar a la acción.
5. ¡Ay, si yo hubiera...!
Actuado de esta manera, dicho esto otro… Conjugar el
condicional sobre lo hecho o no hecho no nos aportará nada. Lo importante no es lo que
“podría haber pasado si...”; lo relevante es lo que pasó realmente, lo que
hiciste y dijiste. Esa es la herramienta de aprendizaje y la que nos
permitirá dejar de perder el tiempo en pasados virtuales e invertirlo en
futuros posibles.
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