La
laguna del Silencio se encuentra junto al volcán Doña Juana, muy cerca del
pueblo La Cruz (En Colombia Sur América).
Nariño
tiene los más bellos paisajes campestres del país. En la
región del municipio de La Cruz se encuentra este lugar de especial atractivo
para quienes aman las montañas y la aventura.
Se
trata de los volcanes Doña Juana (4.200 m .), Ánimas (4.300 m .) y Petacas (4.500 m ).
Saliendo de la ciudad de Pasto y pasando por
Buesaco, San Bernardo y Tablón de Gómez de llega a La Cruz. Esta región es muy
quebrada, hay cerros y cañones por todas partes, incluyendo los ríos Juanambú y
Mayo. Todos son pliegues de los volcanes que se deben visitar.
Con
el nombre de Complejo volcánico de Doña Juana y Cascabel, la zona ha sido
convertida en Parque Nacional Natural. La riqueza en biodiversidad es
impresionante: 471 especies de aves, incluyendo el cóndor, en sólo 66.000 hectáreas .
Y en mamíferos hay osos de anteojos, venados, dantas de páramo y pumas. Un
verdadero paraíso de flora, fauna, ríos, páramos, picos filudos, bosques y
cañones, amén de los volcanes.
Este fue el lugar nativo de los indios
chinchas. Una de las leyendas sobre el origen de los volcanes dice que Mamá
Juana, una hermosa quiteña, se enamoró de Pedro, un plebeyo.
Ante la negativa de los padres al matrimonio,
huyeron y, víctimas de la maldición materna, se convirtieron en volcanes. Mamá Juana dejó olvidada una
maleta con oro que se convirtió en el volcán Petacas y ella y sus mulas fueron
asustadas por unos espíritus, que se transformaron en el volcán Ánimas.
Extasiados
ante la belleza del paisaje compuesto por potreros y bosques, entre los cuales
surgen las casitas de los campesinos como si fueran de pesebre, en la base
occidental del volcán Doña Juana. Allí se emprende el ascenso. Es posible que la subida sea lloviendo durante cinco horas y en la
cumbre no pueda sacar ni una foto, porque la neblina y el agua no lo permitan. Es
mejor que espere subir en un día que esté despejado.
El ascenso a este volcán es el más bello que
se pueda hacer en Colombia, por la existencia del que por aquí llaman Valle de
las Orquídeas, un plano inclinado de unos dos o tres kilómetros de longitud en
el que abundan estas flores.
Son
millones en tupidos matorrales. La última erupción del
Doña Juana fue en 1936 y dejó cien muertos en la base del cerro. Al crecer la
vegetación entre las grandes piedras que dejó la lava, quedaron ocultos en la
falda miles de huecos que
hacen muy difícil, dura y peligrosa la subida. Son tres horas muy lentas
que quedan marcadas en las piernas con raspones y heridas.
Puede encontrar huellas de tigre y de puma,
materializadas en sus heces fecales.
Gracias al trabajo de los funcionarios del
parque, los campesinos y agricultores de la zona han tomado conciencia de la
importancia de cuidar los bosques y los nacimientos de agua.
Las dantas de páramo, tan abundantes en otras
épocas, habían ido desapareciendo paulatinamente, pero ahora ya las poblaciones
se están recuperando.
La
cumbre del Doña Juana es atípica; no existe el cráter convencional. Una serie
de picos, filudos, en desorden, de color gris, coronan el ascenso. Del otro lado, hacia el oriente, en la base y hasta donde se pierde la
vista, el universo son bosques y más bosques del piedemonte amazónico de la
Bota Caucana.
Allí hay tigres, o sea nuestros jaguares. Este
parque es de excepcional importancia por su biodiversidad, ya que pertenece al
andén del Pacífico, a los Andes y a la Amazonia.
Desde la cumbre admiramos la Laguna del
Silencio, una de las 42 del parque. El descenso es lento para evitar la trampa
de los huecos ocultos. Puede levantar la carpa a orillas de la laguna, que está
rodeada por un lado de bosques densos y por el otro, de la base el volcán.
Hacia el sur el Doña Juana se prolonga en una
serie de picos afilados de impresionante belleza. Uno lleva el nombre obvio de
El Machete y los otros, el Cocodrilo.
Se habla de lagunas misteriosas que se
enfurecen al paso de los caminantes. Puede pasar la noche en la cabaña del
parque, ubicada frente a los dos colosos. El Ánimas soporta una cumbre
redondeada y su ascenso es complicado.
Al final puede tomar un descanso, bajar a La
Cruz e ir a la cascada de La Tajumbina, una de las más bellas del país, que
ofrece además el atractivo de aguas frías y aguas termales. A estas hay que
dedicar largo tiempo para soportarlas, pues la temperatura es muy alta.
Una excursión a Nariño debe terminar
degustando el cuy en Pinzón, cerca de Túquerres. El otro hito de Nariño es la Virgen
de las Lajas llamada el "milagro de Dios en el abismo".
NARIÑO ES TIERRA DE
VOLCANES, DE FE Y DE GENTE AMABLE Y TRABAJADORA.
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