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LA CRISIS DE LAS PAREJAS



Todas las parejas son susceptibles a tener momentos de crisis así la relación sea muy buena, los problemas se deben afrontar y superar, les presentamos algunas de las crisis mas importantes son.

1. Los primeros días
Al principio todo marcha de maravillas, cada uno se conquista de diferentes maneras, se hacen cumplidos, no se exigen, siempre están dispuestos a dar, nace un amor que en principio no necesita esfuerzo, es el principio del enamoramiento. Toda pareja tiene que evolucionar y transformar ese amor inicial en un amor maduro y sólido, en caso contrario podría llegar a desaparecer.


2. Crisis de los primeros años
Es una etapa maravillosa en la que el amor se vive con mucha intensidad, pero no está libre de obstáculos. La convivencia diaria, el día a día, hace desvanecer la idealización que se tiene de la pareja.

Esta crisis se produce en el periodo de tiempo en el que se está formando la estabilidad de la pareja y comprende los primeros años de convivencia, donde se tienen que adaptar el uno al otro, cada uno tiene costumbres y hábitos diferentes, se renuncia a un estilo de vida, para comenzar un proyecto de vida en común que parte del amor y de la ilusión.

Tras la convivencia surge el primer desencanto, nuestra pareja no es tan excepcional como pensábamos. Además, tener que ceder y adaptarse a otras costumbres no es sencillo, se producen cambios a nivel personal y surgen los primeros conflictos que habrá que superar.

Uno de los conflictos más frecuentes que encontramos en esta etapa es, cuando en la pareja uno quiere imponerse al otro, imponer su forma de hacer y de organizar la vida en común, lo normal es que el otro no esté dispuesto a ser sometido, generando los primeros conflictos de adaptación. Encontrar un equilibrio y una buena comunicación es fundamental para salir de esta crisis.

3. Crisis en la mitad de la vida
Se hace un balance sobre la propia vida, sobre lo que somos y lo que queríamos ser, se recuerda aquello a lo que se renunció para formar la pareja y en cierta manera se echa de menos aquella etapa en la que no existían ataduras, pueden surgir los reproches y descargar en la pareja el sentimiento de frustración al no conseguir las metas previstas.

Esta crisis surge también en aquellas parejas que se han dejado llevar por la rutina, la convivencia se convierte monótona y el aburrimiento empieza a formar parte de sus vidas.

Esto, junto con el deseo de recuperar una etapa perdida, puede dar lugar a la infidelidad en aquellas parejas que no tienen una relación sólida y en las que no ha existido una lucha por vencer los obstáculos que presenta la vida de pareja, tales como la rutina.

La vida de pareja es muy compleja y requiere de un gran esfuerzo y dedicación, y es precisamente en esta etapa cuando más atentos hay que estar con nuestra pareja, demostrarle amor y hacerle sentir feliz es fundamental para superar cualquier crisis.

4. Crisis de la vejez
Las parejas que han sabido solucionar realmente todos los problemas y las contrariedades que les ha presentado la vida, cuando llegan a esta etapa se unen más estrechamente, se apoyan y ayudan mutuamente, surge un reencuentro entre ellos.

En esta etapa disponen de más tiempo libre, ya no trabajan y los hijos se han ido del hogar, en definitiva tienen una vida menos activa que les permite estar más tiempo juntos.

Sin embargo en parejas que en su trayectoria no han sabido solucionar los conflictos que les ha deparado la vida llegan a la vejez con resentimiento, con la sensación de una vida malgastada. La jubilación y la salida de los hijos del hogar produce un vacío que puede dar lugar a una crisis en la pareja, se distancian cada vez más y empiezan a ignorarse.

5. Cómo salir de las crisis
Cuando la relación de pareja entra en crisis, se deben poner todos los medios y sacrificios para salir de ella, hay que identificar el problema y poner soluciones.

Se deben evitar todo tipo de reproches y ofensas incluso en las grandes discusiones donde se puede herir aún más por el propio acaloramiento de la discusión y la falta de control.

Después de alguna discusión la reconciliación debe llegar pronto, no hay que tener miedo a las discusiones siempre que no ocurran con demasiada frecuencia y no se falte el respeto en ningún momento.

Se debe dialogar, saber decir las cosas, saber callar en determinados momentos y rectificar cuando estamos equivocados, es fundamental para superar cualquier crisis.

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