Los
hallazgos de las últimas décadas dan pistas sobre cómo ayudar a prevenir este
mal:
Durante la mayor parte del último siglo el mal
de Alzheimer fue considerado un trastorno poco común, opacado por otros con
mayor difusión, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Vale decir que el grueso de la investigación
que ha aportado luces sobre esta condición neurodegenerativa que afecta,
esencialmente, a los adultos mayores, se ha producido en las últimas tres
décadas.
Detrás hay una razón poderosa: con el incremento global de la
expectativa de vida, los seres humanos son cada vez más longevos y expuestos a
enfermedades típicas de la vejez, como el Alzheimer.
De acuerdo con la Asociación Alzheimer, de
Estados Unidos, en este momento solo en Estados Unidos hay 5.3 millones de personas con Alzheimer. En el mundo más de 35 millones
de personas tienen esta enfermedad neurodegenerativa, y la cifra sigue
creciendo.
Para el 2050 habrá 113 millones de personas con este mal,
considerado la séptima
causa de muerte en el planeta.
¿Qué se sabe?
El mal de Alzheimer es la forma más común de demencia entre los
mayores de 60 años.
La demencia es un trastorno cerebral que afecta gravemente la
capacidad de una persona de llevar a cabo sus actividades cotidianas.
En el Alzheimer las neuronas que controlan la
memoria, el pensamiento y el lenguaje interrumpen el paso de mensajes entre
ellas, por culpa de unas placas y ovillos nerviosos que hacen que la corteza del cerebro se encoja,
reduciendo su superficie útil.
La enfermedad progresa a grado tal que los
olvidos y la confusión del comienzo se convierten en una incapacidad para recordar hasta
las cosas más esenciales de la vida, como quiénes son los miembros su
familia o cómo cepillarse los dientes.
Al
final los afectados dependen por completo de alguien más.
El
riesgo de sufrir este mal aumenta a medida que la persona envejece, y es más alto cuando hay antecedentes familiares de este trastorno.
Estos son algunos hallazgos clave sobre la
forma en que las personas pueden lograr que, de aparecer, su progresión sea más
lenta:
Educación: aunque no hay consenso al respecto, varios estudios sugieren que las personas con niveles intelectuales altos, que leen más y ejercitan su mente, tienden a demorar la aparición de síntomas del Alzheimer.
Mejor acompañados: una investigación divulgada por British Medical Journal asegura que los individuos de mediana edad que viven solos tienen el doble de riesgo de desarrollar este mal que aquellos que viven con su pareja. Los que más probabilidad tienen de enfermar son los viudos y los divorciados.
Dieta mediterránea: una dieta rica en frutas, verduras, cereales y aceite de oliva, y baja en carnes rojas y productos lácteos, también ejerce una función protectora contra el Alzheimer.
Ejercicio: una investigación de la Universidad de Kansas, que se publicó en Neurology, encontró que las personas que están en las primeras fases de esta enfermedad tienen una atrofia cerebral menor, cuando presentan un buen estado físico.
Educación: aunque no hay consenso al respecto, varios estudios sugieren que las personas con niveles intelectuales altos, que leen más y ejercitan su mente, tienden a demorar la aparición de síntomas del Alzheimer.
Mejor acompañados: una investigación divulgada por British Medical Journal asegura que los individuos de mediana edad que viven solos tienen el doble de riesgo de desarrollar este mal que aquellos que viven con su pareja. Los que más probabilidad tienen de enfermar son los viudos y los divorciados.
Dieta mediterránea: una dieta rica en frutas, verduras, cereales y aceite de oliva, y baja en carnes rojas y productos lácteos, también ejerce una función protectora contra el Alzheimer.
Ejercicio: una investigación de la Universidad de Kansas, que se publicó en Neurology, encontró que las personas que están en las primeras fases de esta enfermedad tienen una atrofia cerebral menor, cuando presentan un buen estado físico.
Maneras de mantener una mente activa y
saludable
Manténgase activo: es bueno para el corazón y el cerebro hacer algo todos los días para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, la hipertensión, la diabetes y el derrame cerebral.
Ponga a funcionar la mente: mantenerla ocupada aumenta la vitalidad y crea reservas de células cerebrales, así como conexiones intelectuales. Lea, escriba, haga cuentas mentales, aprenda nuevas cosas y practique juegos de destreza mental (como el dominó o el ajedrez).
Vida social: Las actividades que combinan elementos físicos, mentales y sociales pueden reducir el riesgo de la pérdida severa de memoria. Converse, trabaje como voluntario, incorpórese a un club o tome clases.
Evite lesiones: use los cinturones
de seguridad de su carro; no deje cosas en el suelo que dificulten el paso y
provoquen caídas. Póngase un casco cuando vaya en bicicleta o en vehículos
similares.
Use la cabeza: Siempre diga no a los malos hábitos. No fume ni permita que le fumen al lado, no tome alcohol en exceso y tampoco consuma drogas. Su cuerpo y su mente sufren a causa de estos abusos.
Use la cabeza: Siempre diga no a los malos hábitos. No fume ni permita que le fumen al lado, no tome alcohol en exceso y tampoco consuma drogas. Su cuerpo y su mente sufren a causa de estos abusos.
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