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NO ODIAR LO QUE HACES



Gran parte de la avalancha de los suicidios e intentos de suicidio que se han presentado en los últimos años fueron provocados por problemas en el trabajo.
Un hombre de la empresa XXXXXX se apuñaló a sí mismo en medio de una reunión (sobrevivió). Una mujer salto por la ventana de su oficina en el cuarto piso después de enviarle un mensaje electrónico a su padre: “He decidido suicidarme esta noche… no soporto más la nueva organización”.

El Buró de estadísticas laborales de Estados Unidos calcula que los suicidios relacionados con el trabajo aumentaron en 28% en los últimos años, si bien la tasa es menor que en Europa. Pero el suicidio es sólo la punta del iceberg de un problema mucho mayor; a decir, el descontento en el trabajo. Según una encuesta realizada por una consultora estadounidense, la proporción de empleados que les profesaban lealtad a sus empleadores cayó de 95% a 39% en los últimos 5 años.

Por otra parte, más de la mitad de los encuestados se sienten “estancados” en sus trabajos; es decir, no tienen nada interesante que hacer y han perdido las esperanzas de recibir un ascenso. La mitad de estas personas buscarán otro empleo tan pronto mejore la economía.

La razón más obvia del aumento de la infelicidad es la recesión, que está destruyendo empleos a una tasa alarmante y es la causa del aumento de la ansiedad entre la fuerza laboral.

Pero la recesión también está poniendo de relieve algunos problemas de más larga data. La infelicidad parece ser más común en las compañías que se enfrentan a un mercado saturado, y en las compañías que están siendo sacudidas por una revolución tecnológica.

Otra fuente de infelicidad es la necesidad de mejorar la productividad, que viene siempre seguida por una obsesión de medir el desempeño. Se mide hasta cuántos segundos se lleva escanear los artículos que hay en una cesta de comestibles, y luego recompensan con mejores horarios a los trabajadores más diligentes.

Hay firmas japonesas que, incluso, monitorean si los empleados les sonríen lo suficiente a los clientes. Una tercera fuente es que las compañías les transmiten un mensaje ambiguo a sus empleados. La mayoría de las firmas exigen gran dedicación de parte de sus empleados, pero también se reservan el derecho de despedir a cualquiera a la menor señal de problemas.

¿Qué se puede hacer para contrarrestar esta epidemia de infelicidad? Hay quienes propugnan por ampliar los derechos de los trabajadores. Pero esto no acabaría con los problemas ya citados. Así pues, la solución no está en manos del gobierno sino, por el contrario, en manos de los gerentes.

Las compañías deben hacer más que simplemente hablar sobre el lado humano de la gerencia.

Las compañías deben ser francas con sus trabajadores, aun cuando esto signifique dar malas noticias.

Por otra parte, los jefes deben tener cuidado con las señales que envían. Las frases poco pensadas pueden desatar un frenesí de ansiedad y especulación en los momentos de mayor estrés.

NOTA:
  • LA CRISIS NO SOLO ES ECONOMICA, SINO DE PERDIDA DE VALORES DEL SER HUMANO.
  • TAMBIEN ES UN PROBLEMA CULTURAL PORQUE EN LOS PAISES EN VIA DE DESARROLLO ES DIFICIL ESCUCHAR QUE UNA PERSONA SE SUICIDE Y MENOS PORQUE ESTÁ ABURRIDO EN EL TRABAJO.

¿Y USTED QUE OPINA?


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