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SOLEDAD


Aprendan a amar la soledad; pero acepta siempre con gusto las interrupciones. El amor a la soledad es propio de todas las vidas triunfadoras.

Ciudad grande, soledad grande.

El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad.

El talento se cultiva en la soledad; el carácter se forma en las tempestuosas oleadas del mundo.

El único mérito de algunas compañías es el de hacernos estimar la soledad.

En la soledad se halla lo que muchas veces se pierde en la conversación.

En la soledad no se encuentra más que lo que a la soledad se lleva.

Es exigencia de nuestra mente una cierta quietud. Dios se deja ver en la soledad interior.

La gente se siente sola porque construye murallas en lugar de puentes.

La más segura cura para la vanidad es la soledad.

La soledad eleva al fuerte y elimina al débil.

La soledad es el imperio de la conciencia.

La soledad es el precio de la libertad.

La soledad es muy hermosa ... cuando se tiene junto a alguien a quien decírselo.

La soledad es una prisión que sólo puede abrirse desde dentro.

La soledad también es un tipo de hambre. Hambre de calor y afecto. Y este hambre es mucho más difícil de saciar que el hambre de un pedazo de pan.

La valía de un hombre se mide por la cuantía de soledad que le es posible soportar.

Nadie aprende, nadie aspira, nadie enseña a soportar la soledad.

Ningún humano es una isla; nadie vive para él solamente. Todos forman parte del continente.

No hay héroe en la soledad; los actos sublimes están determinados siempre por el entusiasmo de muchos.

No hay más invierno que la soledad.

No hay mayor pobreza que la soledad.

No hay soledad ni túnel que Jesús no pueda atravesar contigo.

No se sabe lo que es el consuelo del corazón sino cuando nos quedamos solos.

Nunca estamos solos. Ese otro que camina contigo es Dios.

Nunca te sientas solo: siempre hay una soledad esperando por la tuya para que las dos se acompañen.

¿Porqué los hombres rehuyen la soledad? Porque son pocos los que se encuentran en buena compañía consigo mismos.

Quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo entre una multitud atareada.

Quizá la mayor equivocación acerca de la soledad es que cada cual va por el mundo creyendo ser el único que la padece.

Sin un corazón lleno de amor y sin unas manos generosas, es imposible curar a un hombre enfermo de su soledad.

Solitario me encuentro cuando busco una mano y solo encuentro puños.

Sólo en la soledad se siente la sed de la verdad.

Todos los gritos fuertes nacen de la soledad.

Todos hemos experimentado ese tiempo enfermo y vago, tedioso y horrible, que habita en la soledad no querida.

Todo nuestro mal proviene de no saber estar solos.

Una persona puede sentirse sola, aún cuando mucha gente la quiera.

Vale más estar solo que mal acompañado.

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