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UN AÑO NUEVO NO ES CUALQUIER COSA


Todos desean a los demás y a sí mismos un buen año, pero pocos luchan por obtenerlo.
Empezar un nuevo año, como si fuera cualquier cosa, es una enorme torpeza. Un año de vida es un regalo demasiado grande para echarlo a perder.
¿Alguna vez has sentido en lo más hondo de tu ser ese deseo profundo y enorme de mejorar o de cambiar? Si es así, no dejes que el deseo se escape, porque no todos los días lo sentirás. Si hoy sientes esa llamada a querer ser otro, a ser distinto, atrápala con fuerza y hazla realidad.
El inicio de un nuevo año es el momento para reunir las fuerzas y toda la ilusión para comenzar el mejor año de la vida, porque el que se proponga convertir éste en su mejor año, lo puede lograr.
El año nuevo es una oportunidad más para transformar la vida, el hogar, el trabajo en algo distinto. «Quiero algo diferente, voy a comenzar bien; así será más fácil seguir bien y terminar bien. Quizá el año pasado no fue mi mejor año, me dejó un mal sabor de boca. Éste va a ser distinto, quiero que así sea; es un deseo, es un propósito, y no lo voy a echar a perder. Tengo otra oportunidad que no voy a desperdiciar, porque la vida es demasiado breve».
¿Quién es capaz de decir?: "Desde hoy, desde este primer día, todo será distinto. En mi hogar me voy a arrancar ese egoísmo que tantos males provoca; voy a estrenar un nuevo amor a mi cónyuge y a mi familia; seré mejor padre o madre. Seré también distinto en mi trabajo, no porque vaya a cambiar de trabajo, sino de humor. En él incluso voy a desempolvar mi fe, esa fe arrumbada y llena de polvo; voy a poner un poco más de oración, de cielo azul, de aire puro en mi jornada diaria. Ya me harté de vivir como he vivido, de ser egoísta, tracalero, injusto. Otro estilo de vida, otra forma de ser. ¿Por qué no intentarlo?”
En los ratos más negros y amargos, llenos de culpa, piensas: «¿Por qué no acabar con todo? Pero en esos mismos momentos se puede pensar otra cosa: ¿Por qué no comenzar de nuevo?».
Algunos ven que su vida pasada ha sido gris, vulgar y mediocre, y su gran argumento y razón para desesperarse es: «He sido un Don Nadie, ¿qué puedo hacer ya?» Pero otros sacan de ahí mismo el gran argumento, la gran razón para el cambio radical positivo: «No me resigno a ser vulgar; quiero resucitar a una vida mejor, quiero luchar, voy a trabajar, quiero volver a empezar».
Un año recién salido de las manos del autor de la vida es un año que aún no estrenas. ¿Qué vas a hacer con él? El año pasado ¿no te gustó?, ¿no diste la medida? Con éste ¿qué vas a hacer? Un nuevo año recién iniciado: todo comienza, si tú quieres; todo vuelve a empezar...
Yo me uno a los grandes insatisfechos, a los que reniegan de la mediocridad, a los que, aún conscientes de sus debilidades, confían y luchan por una vida mejor.
Todos desean a los demás y a sí mismos un buen año, pero pocos luchan por obtenerlo. Prefiero ser de los segundos.

NO SE DEJE VENCER POR LAS SABANDIJAS


Es frecuente que encaremos valientemente los grandes desastres de la vida; en cambio, las minucias, los “dolores de cabeza”, nos vencen. Las sabandijas en este caso son aquellas pequeñas cosas que nos molestan día a día, son las pequeñas preocupaciones, las intolerancias, las rabietas, los fastidios, etc.
Disraeli dijo: “la vida es demasiado breve para ser pequeña”. Frecuentemente dejamos que nos perturben cosas tontas que deberíamos despreciar y olvidar. Contamos con varias décadas para vivir, y perdemos muchas horas irremplazables en rumiar agravios, que al cabo de un año habrán sido olvidados por nosotros y por todo el mundo. Dediquemos nuestras vidas a acciones y sentimientos que valgan la pena, a las grandes ideas, a los afectos verdaderos y a las acciones perdurables.
La regla número tres para vencer la preocupación es: no se detenga en insignificancias.

UN MENSAJE DE FE


Cuando te sientes en el infierno, cuando tu fe se debilita y tu alma está sin fuerzas debes recordar que eres más, eres mucho más.
Eres un luchador, eres un caminante que puede seguir avanzando, eres un sembrador que vuelve a cultivar cuando se pierde la cosecha.
Eres un ser con energías ocultas y con talentos por estrenar, eres el atleta que está preparado para perder muchas veces antes de ganar.
No te dejes subyugar por los problemas, confía en Dios, en ti mismo y en el poder siempre triunfante de la vida.
Ese poder de dos células microscópicas que se unieron y dieron origen al milagro más grande del mundo: un ser humano, tú.
Naciste de dos células tenaces: un óvulo que tuvo fuerzas para anidarse sin perderse como cientos más, y un espermatozoide que le gano la carrera a otros 700 mil.
Por eso no te puedes arrastrar sin alientos todo el tiempo; no, debes tener la constancia del mar que envía su oleaje a la playa.
Las olas desaparecen como las penas pero tú permaneces.
Animo, siente a Dios dentro de ti, levanta la mirada y vuelve a
creer.
Los que insisten terminan por triunfar.

QUERER CREER Y LOGRAR



Cuando leí el enunciado: “Usted tiene el poder potencial de ser lo que quiere ser… Si está dispuesto a pagar el precio…” que destacaba la contraportada de aquel primer libro de superación personal que cayó en mis manos, debo confesar que me produjo angustia, ansiedad y más preguntas: ¿contaría yo con potencial? ¿qué era eso? ¿qué significaba pagar el precio?
Estaba yo parada justo en el punto en que el ser humano adolece de discernimiento, madurez y claridad de metas. En la etapa en que lo rosa se vuelve obscuro. Y aún lo más viable parece imposible.
El autor Samuel A. Cypert, inspirado en la filosofía de Clement Stone y Napoleón Hill, dos hombres de empresa y éxito, decía que para alcanzar el éxito requeriría de disciplina, una actitud mental positiva y, lo mas importante, creer en uno mismo para lograr todo: posición económica, poder, felicidad y bienestar.
Había llegado la hora de iniciar el ascenso de la montaña existencial, sólo tenía dos alternativas; quedarme como estaba o arriesgarme y atreverme a cambiar mi vida, mi manera de pensar y de hacer.
Hoy por hoy le afirmo, ha valido la pena el esfuerzo. “Porque con el corazón se cree”.
La mente sueña y anhela, pero es en el corazón donde se anida la fe, la confianza de haber sido dotado de talentos, habilidades y capacidad única para realizar aquello que arde en su interior y le impulsa.
Nada se logra sin acción. “No ser solo oidores sino hacedores”. Poner manos a la obra: leer, escuchar, ver, asistir, hacer cambios, tirar lo tirable, dejar lo dejable y adquirir lo adquirible.
“Proseguir a la meta sin mirar atrás”, no se conforme con pobres resultados.
Afiance su pensamiento, líguelo a su corazón y ponga acción a sus sueños.
QUERER un mundo mejor, CREER que está equipado para LOGRAR efectivamente aquello para lo que fue predestinado.
Estoy segura que levantarás la cabeza y tomarás las riendas de tu vida de manera determinada y segura como nunca lo habías imaginado hacer.
Descubrirás esas áreas que han permanecido dormidas dentro de ti. Romperás las cadenas invisibles que ataron a tu corazón.
Brillará la luz de la esperanza y despertará la fe en tus habilidades para alcanzar las metas que empieces a trazar el día de hoy.
Elimina tus debilidades y erige las fortalezas que te conduzcan al éxito. El éxito es un llamado para todos que llevamos en el interior la semilla del éxito.
En tu mente y corazón existen logros que deseas alcanzar, resultados que obtener, sueños que realizar.
¡El éxito es para ti!

¿HAY UN SECRETO PARA LA FELICIDAD?



Terminaste una relación afectiva, reprobaste cinco materias y no encuentras tu DVD favorito. ¿Cómo ser optimista cuando el mundo se te viene encima?
La vida no es fácil: reprobaste, te cortaron, el amor de tu vida no te hace caso. Sin una actitud positiva te lleva el tren. El optimismo ayuda a enfrentar todas las dificultades de la vida y podemos decir “al mal tiempo buena cara”. ¿Hay algún secreto para la felicidad? Bueno, tal vez nunca se pueda ser totalmente feliz, pero si eres optimista habrás dado un gran paso.
También de seguro tienes al clásico amigo pesimista que le ve la mosca en la sopa a todo y, claro, te acaba contagiando. Pero de seguro también conoces a alguien que no se deja caer y que en todo ve oportunidades.
El optimismo no borra los problemas, a veces las cosas simplemente no te salen. De hecho si todo saliera siempre bien no harían falta optimistas.
Cuando te das un frentazo, la frustración puede paralizarte. ¿Has pensado que muchos tropiezos se dan por hacer las cosas demasiado rápido o sin pensar? La experiencia sirve para aprender y rectificar. El optimista sabe que puede equivocarse, pero está dispuesto a corregir.
Una actitud sencilla y optimista no desmerita el esfuerzo o la iniciativa. ¡No eres Superman! No lo puedes todo, pero el optimista sale adelante siempre.
Pero mucho ojo: el optimista no es ingenuo ni se deja llevar por ideas prometedoras, procura pensar y considerar detenidamente todas las posibilidades antes de tomar decisiones. Si una persona desea iniciar un negocio propio sin el capital suficiente, sin conocer a fondo el ramo o con una vaga idea de la administración requerida, por muy optimista que sea seguramente fracasará en su empeño, ya que carece de las herramientas y fundamentos esenciales para lograrlo.
También a veces inventamos una realidad falsa para hacernos la vida más fácil y cómoda. Tú mismo lo has vivido en carne propia cuando no estudias para los exámenes, esperando obtener la calificación mínima indispensable para el aprobar (más de 6 es vanidad); se trata de un falso optimismo que no funciona. (Luego andas limosneando décimas para alcanzar el ansiado 6).
Podría pensarse que el optimismo nada tiene que ver con el resto de las personas, sin embargo, este valor nos hace tener una mejor disposición hacia los demás: cuando conocemos a alguien esperamos una actitud positiva y abierta. Si nuestras expectativas no se cumplen, lo mejor es pensar que las personas pueden cambiar, aprender y adaptarse con nuestra ayuda. El optimista reconoce el momento adecuado para dar aliento, para motivar, para servir.
El paso hacia el verdadero optimismo requiere una disposición más entusiasta y positiva, es tanto como darle la vuelta a una moneda y ver todo con una apariencia distinta:
• Analiza las cosas a partir de los puntos buenos y positivos, seguramente con esto se solucionarán muchos de los inconvenientes. Curiosamente, no siempre funciona igual a la inversa.
• Haz el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez de hacer críticas o pronunciar quejas.
• Procura descubrir las cualidades y capacidades de los demás, reconociendo el esfuerzo, el interés y la dedicación. Esto es lo más justo y honesto.
• Aprende a ser sencillo y pide ayuda, generalmente otras personas encuentran la solución más rápido.
• No hagas alarde de seguridad en ti mismo tomando decisiones a la ligera, considera todo antes de actuar pues las cosas no se solucionan por sí mismas. De lo contrario es imprudencia, no optimismo.
Recuerda siempre que no es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar un estímulo para superarse en lo adverso. Todo requiere esfuerzo y el optimismo es su manifestación más clara, de esta forma, las dificultades y contrariedades dejan de ser una carga.

PROPÓSITO DE THOMAS EDISON



La vida de Thomas Edison estaba llena de propósito. Cuando hablaba de su éxito, decía: Los factores más importantes de la invención pueden ser descritos en pocas palabras.
(1) Conocimiento definido de lo que deseamos lograr.
(2) Fijación de la mente en ese propósito, con persistencia para buscar lo que se persigue, utilizando lo que se sabe y lo que se puede recibir de los demás.
(3) Perseverancia en probar, sin importar las veces que haya fallado.
(4) Rechazo a la influencia de los que han tratado lo mismo, sin éxito.
(5) Obsesión con la idea de que la solución al problema está en alguna parte, y se encontrará.
Cuando un hombre predispone su mente para resolver cualquier problema, puede, al principio, toparse con grandes dificultades, pero si continúa buscando, con toda seguridad encontrará alguna clase de solución. Lo malo que hay con la mayoría de las personas, es que desisten antes de comenzar. - John C. Maxwell
Los límites no están fuera de nosotros, sino dentro de nosotros. Sin embargo, son muchos lo que se rinden ante el primer obstáculo o simplemente se dejan llevar por la corriente de los que viven sin propósito.

NUESTRO GUSTO ES SERVIRLES



Aunque servir ya no está de moda, sin embargo, un buen servicio es irresistible.
Hace unas pocas semanas en un pequeño y acogedor restaurante de Bogotá, al despedirme de la encargada agradeciéndole lo bien que nos habían atendido, llamó mi atención su respuesta: "Nuestro gusto es servirles", me dijo con una sonrisa amable. Lo decía con un tono tan verdadero que persuadía de que no se trataba de una mera frase hecha, sino que - como habíamos podido comprobar - quienes llevaban aquel restaurante disfrutaban realmente si conseguían que sus clientes estuvieran a gusto. Dándole vueltas en mi cabeza a aquella frase, caí en la cuenta de que en nuestro país no está de moda la palabra "servicio", aunque a todos nos encante - como me pasó a mí en aquel restaurancito al pie de los cerros de Bogotá - encontrarnos con personas serviciales.
Cuando a principios de los ochenta la British Airways quería relanzar su actividad, el consejo de administración contrató para dirigir la compañía a Colin Marshall, procedente de Sears, precisamente porque, aunque no tenía experiencia en el negocio aéreo, sostenía que la clave estaba en el servicio. De hecho, fue él quien acuñó aquel hermoso lema de la British Airways, To fly, to serve, "Volar para servir", ahora ya en desuso. En este mismo sentido, me pasaba ayer un colega unas sabias declaraciones del ex presidente de Hewlett Packard en España, Juan Soto, encabezadas por el titular - extraído de sus palabras - "Liderar es querer servir", que es una versión más general de aquel antiguo lema de la compañía aérea.
El servicio es cosa de todos.
Me parece que la palabra "servicio" no está ya en boga, porque el servicio ha sido malentendido como servilismo, como aquella actitud pasiva y complaciente del esclavo, del siervo de la gleba, manipulado despóticamente por su amo. "Más vale morir de pie que vivir de rodillas", repite por doquier el grito revolucionario. Sin embargo, la igual dignidad de todos los ciudadanos, la igualdad ante la ley de todos los españoles - que, por supuesto, son valores democráticos inalienables - no tienen relación ninguna con la necesidad de que en nuestras organizaciones sociales y empresariales y, muy en particular, en la vida familiar, nos sirvamos unos a otros. Las comunidades humanas sólo funcionan bien, sólo logran su fin, cuando cada uno, comenzando por los que están más arriba, pone lo propio, lo personal, al servicio de la comunidad, al servicio de quienes de ellos dependen o de quienes simplemente están a su lado.
No se trata de pedir a todos el heroísmo de la Madre Teresa de Calcuta, pero sí que ha de poder exigírsenos a cada uno el buen ejercicio de nuestro trabajo, con eficiencia y buenos modales, con una sonrisa amable para todos. A fin de cuentas, el servirse unos a otros es una traducción práctica del mandamiento cristiano del amor, pero es también la condición vital del desarrollo de una genuina sociedad democrática. Sólo puede una sociedad florecer si sus miembros en sus diferentes ámbitos y funciones se sirven unos a otros. Basta con pensar en la propia comunidad de vecinos para persuadirse de que esto es así. Cuando en una cuestión debatida un vecino aporta lealmente su experiencia profesional suele ser fácil que se adopte pronto una decisión satisfactoria. Si, en cambio, los vecinos rehúyen comprometerse en la gestión del bien común, los problemas fácilmente se eternizan y las relaciones personales con frecuencia se deterioran.
En el ámbito familiar.
Para un profesor universitario resulta fácil entender la importancia del servicio, pues nuestro trabajo tiene tradicionalmente "tres patas": docencia, investigación y servicio. Por servicio se entienden todas aquellas tareas que no son docencia ni investigación y que ocupan a menudo tantas horas de nuestra jornada. Van desde la participación en órganos de gobierno y comités de todo tipo, hasta la evaluación del trabajo de nuestros colegas y el servicio a la comunidad extrauniversitaria, pasando por todas aquellas tareas que quizá parecen menores y que consisten básicamente en ayudar y acompañar a unos y a otros.
La actitud permanente de servicio es todavía más esencial en las familias. Realmente una familia es aquel ámbito en el que sus miembros se sirven unos a otros sin reclamar nada a cambio; es un espacio en el que lo natural, lo normal, es servir. Las familias en las que marido y mujer, padres, hijos y abuelos, se sirven unos a otros crecen indefectiblemente. Habrá altibajos e incluso conflictos, pero la cohesión que crea el mutuo servicio es difícilmente destructible.
Sin embargo, el punto que quería destacar es que al servicio realizado ha de corresponder siempre la expresión de un agradecimiento verdadero: no basta con el simple pago de la cantidad convenida, ni siquiera aunque vaya acompañado de una buena propina. Hemos de aprender a regalarnos unos a otros siempre la gratitud por el servicio prestado, pero todavía es mejor - como hacía la encargada de aquel restaurante de Bogotá - descubrir que realmente nuestro gusto es servir a los demás.

SUPERA ESO



La “voluntad” es lo que genera la energía y el valor para crear.
El “querer”, por sí mismo, no es suficiente. Estar “dispuesto” nos mueve más allá de nuestras limitaciones y hacia la grandeza.
Las aves vuelan, los peces nadan y los seres humanos crean. Esa es nuestra naturaleza. Al final del día, tanto los optimistas como los pesimistas están siempre en lo correcto. ¿Por qué esperar entonces cuando podemos crear?
Cuando damos por sentado nuestro éxito, no nos brindamos la oportunidad de aprender del proceso y aplicarlo en otras áreas de nuestra vida. El fracaso es simplemente un resultado que difiere del que esperábamos.
Podemos tener éxito ahora o más tarde; depende sólo de nosotros. El éxito está esperando, aquí y ahora. No le importa de dónde venimos, lo que hacemos o lo que hicimos anteriormente. Está disponible a todo aquel que lo quiere y está preparado para salir a tomarlo.
“No siempre podemos obtener lo que queremos” podrá ser una buena letra de una canción, pero es un lema terrible para la vida.
Entre más practiquemos el crear éxito en un área, más fácil será el crearlo en otras. Si estás intentando crear algo perfecto, tengo dos palabras de advertencia para ti: ¡Supera eso!
Para ser exitosos, lo que hacemos, debe importarnos. Crear éxito es asunto de cumplir o manifestar el propósito para el cual nacimos.
Cuando nuestra mente está despierta, atenta y lista para ser usada, hallaremos que podemos crear cualquier cosa que estemos dispuestos a tener. Nuestra mente nos da el poder tanto para crear como para destruir.

LA PIEDRA



§ El distraído tropezó con ella.
§ El violento la utilizó como proyectil.
§ El emprendedor, construyó con ella.
§ El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
§ Para los niños, fue un juguete.
§ David, mató a Goliat.
§ Y Michel Ángelo hizo con ella la más bella escultura.
¡En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra sino en el hombre!
No existe "piedra" en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento...
¡Siempre tu Actitud marcara la diferencia!

LA PEQUEÑA GRAN DIFERENCIA


Lance Armstrong el famoso ciclista varias veces del Campeón del tour de Francia, gano en el 2005 una vez mas la carrera con una ventaja de 4 minutos y 40 segundos sobre el competidor mas cercano.
Parece mucho tiempo y lo es....
Pero si se considera que a Armstrong le tomo mas de 80 horas para terminar la todas las etapas de la carrera, en realidad Armstrong solo fue 3 segundos mas rápido por hora que quien quedo en Segundo lugar.
Esta diferencia es menos del 0.1%, pero este 0.1% convirtió a Armstrong en una de las grandes leyendas del ciclismo
Piénsalo bien cada día, con seguridad haces muchos esfuerzos para cumplir con tus deberes y posiblemente esa llamada adicional al cliente, al posible socio o jefe, podrá hacer la diferencia o ese esfuerzo en lo ya estas haciendo, de hacerlo con mas ganas y con la mejor actitud, te podrán llevar tan adelante que ni te lo sueñas...
y en tus relaciones ese beso , ese abrazo extra esa palabra gentil o la expresión de gratitud o admiración que te guardas podrán determinar la diferencia entre una relación aburrida y llena de frustraciones o una relación grata y cercana.
Tu lo sabes, tu libertad es tal que nada de esto ocurrirá si tu no decides en cada instante crearlo.

TESTIMONIO DE UN EX-ADICTO AL TRABAJO


En cuando a los adictos al trabajo, son los que solo ven el trabajo como forma de vida, como expresión de sí mismos.
Se les reconoce por que además de trabajar todo el tiempo, la asignación de tiempo, las prioridades, su forma de vestir, su armario esta cargado de ropa solo para trabajar, incluso no saben vestir adecuados fuera del uniforme de trabajo, se desinteresan de lo que no es trabajo.
Como por ejemplo Jorge, un ex directivo de marketing de una corporación farmacéutica. En su caso adoraba su trabajo, se divertía mucho y le entregaba todas sus horas, y su energía. Esto le había conducido muy lejos profesionalmente y estaba muy a gusto en su vida y en su trabajo. Ganaba 9.000 € al mes mas el coche de la empresa renovado cada dos años, viajes, era muy bien considerado en su trabajo donde tenía amigos y conocía a mucha gente muy interesante.
Un buen día, tenía que despedir a un miembro de su equipo y reunió a todo el equipo para comunicar la noticia. Se hallaban en un hotel fuera de la ciudad sede de la empresa en un retiro. Lo hizo y tras ello regresó a su ciudad y a su casa como siempre. Mientras viajaba en el coche, comenzó a brotar en su mente una cuestión que le pareció muy nueva, pero que de algún modo no podía haberse implantado por sorpresa en ese momento. Empezó a acariciar la idea de un cambio radical en su vida. Lo tenía todo, lo había logrado todo. Pero no estaba tranquilo. ¿Qué me pasaba? Esta es una interesante cuestión. El corazón me pedía un cambio: era tiempo de hacer otra cosa.
-“Pero, ¿qué?. ¿Cómo te sentías para saberte un adicto al trabajo?”
-No era libre, vivía solo para trabajar. No hacía otra cosa.
-“¿Cómo te diste cuenta?”
-Un día al volver de ver un cliente. Mientras conducía, me puse a pensar en todas las cosas que aún no había hecho. Siempre el trabajo era el impedimento. Estaba atado.
-“¿Por qué cambiaste de vida? ¿Qué tenias que te sobraba en tu vida?, o ¿qué te faltaba en tu vida?”
Mientras converso con Jorge, trato de ir mas al fondo de la cuestión, trato de bucear para hallar la causa última de su decisión irrevocable. Varias veces cambia de tema, se aparta, y continúa con su interesante conversación. Continúo y busco caminos alternativos. Así, logro averiguar la causa última. Jorge se sentía atrapado, “agarrado”, sin libertad. Todo su tiempo estaba “secuestrado” en su trabajo. De repente se sentía más aislado que nunca del mundo en general. Vivía permanentemente dentro de su burbuja, del mundo que se había fabricado. Como hombre con mucho talento en su trabajo, una formación exquisita y un gran don de gente con un encanto especial, había logrado un “mundo ideal” donde todo era perfecto, según sus objetivos. Pero se dio cuenta de lo mucho que se estaba perdiendo y que había otras muchas cosas buenas fuera de “su mundo”. Este fue su gatillo, su punto de cambio, su darse cuenta, su insight. Tenía una gran dedicación exclusiva a su trabajo y aún así abierto al autodesarrollo personal.
-“¿Qué solución te funcionó?”
-Lo pensé bien, un día se lo dije a mi jefe. Y me fui. Sin mas con una mano delante y otra detrás. Me fui al paro, con una pequeña indemnización. Justo este salto al vacío me hizo pensar muy bien mi siguiente paso.
-“¿Que fue lo mas difícil para ti tras dejar tu trabajo?. ¿Cómo fueron tus primeros tiempos sin trabajar?”
Jorge es categórico:
-Ajustarme al nuevo presupuesto económico. Cuando me fui de la compañía no me llevé compensación alguna. Me fui con una mano adelante y otra detrás. El dinero fue lo más duro. De repente, me vi sin dinero, sin coche nuevo cada dos años, sin poder, pero con mucho tiempo para hacer lo que yo quisiera. Tenía libertad. Antes estaba preso, pero ahora era libre. Me fui seis meses a viajar por Canadá. Pudo haber sido más tiempo, pero consideré que esa etapa había sido cumplimentada. Había terminado. Era consciente que había logrado cierta calma interior, el ruido mental de las prisas, de lo externo había cesado. Ahora podía escucharme a mi mismo para saber que tenia que hacer con mi vida. Otro tiempo había llegado. El parar de hacer cosas a toda prisa no fue un problema para mí.
-“¿Cómo supiste que debías dedicarte a tener una zapatería?”
-Conversando con mi hermana salió la idea. La montamos y nos va bien. Ahora tengo tiempo para ir al gimnasio por la mañana, tomar un café a media mañana, conocer gente interesante que entra en la tienda, y salir por la noche si me apetece. Valoro mucho el contacto humano de calidad. No por que yo tengo un puesto concreto, sino porque ahora, me buscan por mi mismo, por mi persona, por mi valor humano. He aprendido a conectar con la gente a otro nivel mucho más rico.
-“¿Cómo estás ahora?”
-¡Me siento libre y eso es estupendo!. Tengo menos dinero que antes, pero eso no es nada importante.
-“¿No te parece poca cosa, o te aburre tu nueva vida? Quiero decir, antes estabas muy encumbrado, ahora tu vida es más sencilla”
En absoluto, tengo cosas que antes me eran negadas. Ya te digo, saber que alguien te busca por ti mismo, no por el puesto o el poder que tienes; ahora soy libre de hacer con mi tiempo lo que quiero, tengo tiempo de pensar hacia donde voy, antes esto era imposible. Las prisas de antes, el ego, los privilegios eran parte del “ruido mental” de cosas que están entorpeciendo en realidad tu desarrollo personal. Ahora me ocupo mas del cliente externo, que del interno, como en mi anterior trabajo. Es un cambio interesante, es hacer otra cosa.
-“¿Qué te ha facilitado el hacer este cambio? ¿Qué característica crees que debe tener una persona para que pueda superar esta decisión tan radical?”
-Es una pregunta muy compleja, no sabría decirte con exactitud, pero te puedo decir que fue la clave para mí: saber gestionar la incertidumbre. Muchas personas no saben afrontar que la vida es incierta. Necesitan un certificado de garantía y tratan de buscarlo en un trabajo estable, una pareja estable, o en garantías políticas, Pero la vida no tiene un certificado de garantía.
Soy una persona que desde mi infancia he estado bajo la perpetua incertidumbre. Por tanto, mi vida ha sido insegura, y cambiante hasta los dieciocho años. Mi madre me enseñó a manejar la incertidumbre. Y creo que esto ha sido fundamental para saber parar, pensar hacia donde voy, y que es lo que me conviene, y todo ello sin perder la cabeza y sin perderme yo mismo. Como ya te digo, por mi trabajo vivía y respiraba por y para el trabajo. Todo eso no te deja pensar. Y aunque yo he buscado la seguridad y la certidumbre toda mi vida precisamente por la falta de ella durante mi infancia y adolescencia. Ello me enseñó a manejarme con la ansiedad y con lo desconocido. Por eso, pude manejar y superar el miedo que da dejarlo todo y saltar del trampolín.
Muchos son inseguros, y necesitan que el puesto, el cargo, el dinero, el poder les brinde la seguridad en si mismos que les falta. Pero yo me di cuenta que tener amigos que me busquen por mi mismo, cuando no tengo cargo, ni poder es la verdadera seguridad en si mismo. Eso me da seguridad de que me quieren por mi, no por lo que tengo, o represento socialmente. Ese es mi motor ahora.

EL MÁS VELOZ


El pez vela es el más veloz de los peces marinos al alcanzar una velocidad de 30 metros por segundo lo que supone unos 109 kilómetros por hora. O sea que podría atravesar a lo largo una pileta olímpica en menos de un segundo.
Esta velocidad la logra gracias a un pedúnculo caudal muy poderoso, además se supone, que la prolongación de su mandíbula superior es una ayuda para hender las aguas al favorecer su hidrodinamia. Con sus tres metros de envergadura y sus cien kilos de peso es, además, uno de los animales más elegantes del océano.
Frecuentemente se lo suele confundir con el Merlín o el pez espada, con los que tiene en común sus espectaculares saltos fuera del agua, pero pertenecen a familias diferentes.
Lamentablemente, está considerado como el más noble de los peces que se pueden pescar ya que ofrece una gran resistencia al tratar por medio de fuertes carreras subacuáticas y espectaculares saltos librarse del anzuelo que le perfora la mandíbula.
El pescador, orgulloso de su presa, debe mantener firme el sedal para impedir que su víctima escape a la suerte a que ha sido destinada, la de un vano trofeo y un modelo para fotografiar en el muelle.
En 1963 se conseguían presas con un peso promedio de 120 Kg. Hoy se considera una presa excelente a la que llega a pesar 40 Kg. lo que demuestra que los ejemplares que se están pescando actualmente son juveniles y que la pesca indiscriminada no permite que los perseguidos peces vela no consigan llegar a adultos.

EL PAJARITO CANADIENSE


Un pajarito canadiense decidió que era un problema demasiado grande viajar al sur para el invierno.
Se dijo: «Puedo desafiar al invierno. Muchos otros animales lo hacen. No puede ser tan difícil». Cuando todas las demás aves emprendieron en bandadas el viaje hacia la asoleada América del Sur, este pajarito se quedó a esperar el invierno.
Hacia fines de noviembre, estaba pensándolo de nuevo. Nunca había sentido tanto frío, y no podía encontrar alimentos. Finalmente se quebrantó y comprendió que si no salía pronto de allí, no iba a logra pasar el invierno. Entonces empezó su solitario vuelo hacia el sur. Después de un tiempo comenzó a llover. Antes que se diera cuenta, el agua se estaba convirtiendo en hielo en sus alas. En su lucha, se dio cuenta que no podría seguir volando. Sabía que iba a morir, así que dejó de aletear y se estrelló contra el suelo junto a un granero.
Estaba allí medio aturdido cuando pasó una vaca sobre él y ¡plop!, vació su intestino sobre la pobre avecilla. El pajarito estaba completamente disgustado. Aquí estoy, pensó, muerto de frío. Voy a morir. Estoy por dar mi último aliento y entonces me cae esto encima. ¡Qué horrible manera de morir!
El pajarito contuvo el aliento y se preparó para morir. Pero después de dos minutos descubrió que estaba ocurriendo un milagro. Se estaba calentando. El hielo de sus alas se estaba derritiendo. Sus músculos se desentumecieron. La sangre fluía nuevamente. Comprendió que después de todo iba a sobrevivir. Estaba tan contento y feliz que comenzó a cantar una gloriosa canción.
En esos momentos, el viejo gato montés de la granja, que estaba echado en el heno lo oyó cantar. No lo podía creer; no había oído algo igual desde algunos meses, y se dijo: «¿No es un pájaro? Pensé que todos se habían ido para el sur por el invierno». Salió del granero, miró hasta que vio donde estaba el pajarito. Se acercó y lo sacó suavemente del desecho de la vaca, lo limpió… ¡y se lo comió!
Hay tres moralejas en este cuento:
(1) No todo el que te ensucia es enemigo;
(2) No todo el que te limpia es tu amigo;
(3) Si alguien te ensucia, calla. Lo mismo puede aplicarse a usted mientras trata de realizar su sueño.
Algunas personas que se consideran amigos pelearán contra su éxito. Otros lo apoyarán de una manera no esperada. Pero no importa quién lo critique ni cómo lo haga, no permita que nadie le desenfoque de su sueño.

EL PERRO JEFE


Entre los perros que arrastran los trineos de los esquimales existe una muy notable serie de reglas sociales.
En realidad, estas reglas son muy parecidas a las de los lobos, con quienes esos perros están íntimamente emparentados. Cada jauría es solidaria con su jefe y con los demás miembros de ella.
Su territorio lo determina el domicilio del esquimal que los alimenta. Puede ser que no sea más grande que el patio del esquimal, pero la jauría lo defiende vigorosamente de todo intruso y de todo miembro de otras jaurías.
Algo interesante ocurre cuando el perro jefe y uno de sus subalternos son sorprendidos en el territorio de otra jauría. Esto, naturalmente, puede ocurrir por accidente. Pero si un perro jefe y uno de sus subalternos mientras cruzan el territorio de otra jauría, los miembros de esta los persiguen fieramente para expulsarlos. En ese caso, los dos intrusos corren a toda velocidad en dirección de su territorio, mientras los dueños de casa van en su persecución. Tan pronto como los perros que huyen cruzan el límite que separan los territorios, suceden dos cosas:
§ Primero, la jauría perseguidora se detiene y ladra furiosamente como si dijera: “Que esto les sirva de lección. Que no los volvamos a ver por aquí, porque si los vemos les va a ir muy mal”.
§ Segundo, el perro jefe de los dos que escapaban, se vuelve hacia su compañero y lo castiga severamente como si él tuviera toda la culpa. Los pelos y la piel del pobre perro subalterno saltan por todos lados mientras el jefe descarga su fastidio sobre su compañero de menor jerarquía.
Es tan fácil que nosotros también actuemos como estos perros cuando se nos sorprende haciendo algo que no debiéramos hacer. En lugar de aceptar los hechos y limitarnos a pedir disculpas para olvidar el asunto enseguida, le echamos la culpa a la hermanita, al perro o al amigo.
La próxima vez que nos sintamos molestos por algo que estamos haciendo, recordemos los perros esquimales y tratemos de no imitarlos.

EL PODER DE ELEGIR


“No puedes por más que te esfuerces cambiar tu pasado, pero hoy si puedes elegir como será tu futuro”.
Continuando con el tema de la elección decidí compartir un extracto del curso “COMO ALCANZAR UNA VIDA EXTRAORDINARIA”, estoy convencido que te ayudará a cambiar tu forma de pensar, porque son los pensamientos los que muchas veces no nos dejan avanzar. Dios no tiene problema con el diablo, tampoco con el pecado, pero si tiene problemas con cada uno de nosotros.
Uno de los más grandes poderes que tú posees, el cual también se encuentra ubicado en una parte muy especial de tu increíble cerebro; este es un poder que es clave para que tu vivas la vida que quieres vivir; por si no lo sabías, la fuerza más extraordinaria, el poder más grande, transformador y enriquecedor que Dios ha regalado a los hombres, es el poder de ELEGIR.
Tú tienes el poder de elegir el tipo de pensamiento que convertirás en sentimiento y emoción dentro de ti, para luego sentir y vivir la acción que tú quieras.
Siempre puedes elegir:
§ Reír, en lugar de llorar.
§ Abrazar, en lugar de golpear.
§ Cantar, en lugar de llorar.
§ Amar, en lugar de odiar.
§ Tú puedes elegir ser feliz, en lugar de aburrirte.
§ Compartir, en lugar de ser egoísta.
§ Servir, en lugar de ser arrogante.
§ Perdonar, en lugar de ser rencoroso.
§ Bendecir, en lugar de maldecir.
Por ello, elige hoy:
§ Sonreír, en lugar de sembrar discordia.
§ Aplaudir, en lugar de criticar.
§ Ser paciente, en lugar de acosar a los demás.
§ Ser bondadoso, en lugar de ser un resentido.
§ Ser amigo, en lugar de ser el enemigo de todos.
§ Alabar y reconocer, en lugar de ser indiferente.
Tú puedes, y debes elegir… la vida te obliga constantemente a ello… ser feliz, ser noble, ser abundante, ser eficiente, ser sencillo, ser productivo, ser amoroso, ser responsable, ser entusiasta, ser optimista, ser positivo… y mil, y mil pensamientos, emociones o sentimientos, acciones, actitudes y reacciones que pueden convertir tu vida en una larga lista de éxitos y satisfacciones, mejorando tu calidad de vida y la de los seres que te rodean.

Gracias por su visita.

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