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PREPARÁNDONOS PARA EL CAMBIO FINANCIERO


El 95% de la sociedad pertenece a uno de estos tres grupos:

a) Empleados: Por educación, tradición o circunstancias de la vida terminamos generando nuestros ingresos de un empleo. Esta opción asegura un ingreso fijo, conocido y periódico (y evita las angustias de la incertidumbre), por otro lado limita nuestro verdadero potencial. Algunos empleos son mejores que otros y tienen asegurados los servicios sociales, las vacaciones y la jubilación. Pero para el 90% de los asalariados, las posibilidades de ascenso y mejora son limitadas, están sujetos a despidos y reestructuraciones y los sistemas de jubilación generan incertidumbre.
Para hacer negocios no hace falta abandonar el empleo que se tiene, pero hay que aprender a generar riqueza y establecer una fuente alternativa de ingresos.

b) Autoempleados: Otros trabajan de modo independiente y generan sus propios ingresos con su trabajo, ya sea como profesionales, o en oficios varios, o en la actividad comercial. Los autoempleados no conocen con exactitud los ingresos de cada mes (lo que los obliga a trabajar con incertidumbre), aunque, cuando logran capturar un nicho de mercado, son exitosos, pueden llegar a generar importantes ingresos.
Los profesionales autónomos suelen obtener ingresos superiores a la media de los asalariados, pero sólo un pequeño porcentaje se convierten en personas ricas. Pero la saturación de los mercados, los problemas económicos y un uso “indebido” de los ingresos, conducen a que no todos resuelvan adecuadamente su futuro. Generalmente sucede que personas muy inteligentes y preparadas para su trabajo, son inversionistas mediocres o malos.
También en este grupo es donde se suelen encontrar los ejemplos más patéticos del fracaso en el largo plazo. Una enfermedad personal que impida el desarrollo de la actividad ocasiona un daño que impacta sobre todo el grupo familiar de modo irreversible. Y se cuentan por cientos los casos de personas “ricas” mientras fueron exitosas, que por falta de criterio inversionista terminan pobres una vez que su ciclo de fama ha pasado. La falta de entrenamiento y conocimientos financieros impide que logren transmitir a sus hijos otra cosa más que la cultura del “trabajo, el ahorro y el esfuerzo”.

c) Empresarios: El Empresario no es el que tenga una industria, o comercio. Si estos establecimientos dependen por completo de la actividad del dueño (si éste llegara a faltar el negocio se acaba), este es un caso de “autoempleo” más que en la categoría de “empresario”.
Los verdaderos empresarios han creado una estructura compleja, capaz de funcionar sin su presencia y que coordina personas, capital y otros factores de la producción (tecnológicos, industriales o comerciales). Muchos empresarios son producto de circunstancias particulares (algunos que consiguieron contratos con el Estado) o por habilidades muy específicas (constructoras, tecnología, liderazgo en algún mercado particular), pero no podrían replicar esa experiencia en otros ámbitos, ni logran transmitir a sus hijos ningún conocimiento especial que los ayude a triunfar como ellos hicieron.
En parte por esto suelen observarse casos de segundas o terceras generaciones que “liquidan” la empresa recibida de sus mayores. No les explicaron la fórmula para hacerlo.

d) Un INVERSIONISTA es una persona que se educa en temas comerciales, legales, fiscales y financieros para utilizar su dinero de un modo inteligente. Crea riqueza a partir del capital y colabora en aportar energía y dinamismo al sector productivo. Hace realidad los sueños de mucha gente, a la par que se hacen realidad los suyos. Pero empleado, un autoempleado o un empresario, pueden adquirir las habilidades necesarias para convertirse en un inversionista.

El objetivo es uno solo, aunque los caminos sean diferentes: “Hay que desarrollar ingresos pasivos (Ej: rentas inmobiliarias, intereses, otros negocios diferentes al empleo o al autoempleo), basados en inversiones sólidas y seguras, que superen el nivel de gastos personales, para llegar a la independencia financiera (Donde los ingresos pasivos superan los gastos mensuales).”

CLAVES ESENCIALES DEL PLAN
a) Decisión Personal: Necesita motivarse y mantenerse constante en el logro de sus metas. No es fácil y seguramente lo esperan momentos de decepción y amargura, pero es MUCHO MAS FACIL de lo que pensaba.

b) Cumplimiento de las Metas: Uno de los requisitos esenciales es cumplir las Metas previstas. Siempre que un cambio ocurre es porque alguien fue capaz de imaginarlo previamente. Muchas de nuestras metas nos son impuestas desde afuera y otras nos las imponemos nosotros mismos. Cada vez que somos capaces de imaginarnos un resultado final (objetivo), establecemos los pasos para realizarlo (metas) y ejecutamos las actividades conducentes a dicho fin, el cambio SE PRODUCE.

c) Aprendizaje basado en la Experiencia: Así como se aprende a andar en bicicleta... andando en bicicleta, sólo se puede aprender a ser inversionista... invirtiendo!.

Lecciones de los inversionistas:
• Jamás ponen el dinero bueno en personas incapaces o en negocios malos.
• El capital de inversión NO SE TOCA.

Los problemas del inversionista:
• Los negocios en los que se “sale a la par”, no hay ganancias.
• Los terribles fracasos donde se pierde y toca comenzar de nuevo.

La gente aprende de los fracasos más que de las victorias. Ser inversionista no es ser APOSTADOR. El inversionista aprende a lidiar con la evaluación de riesgo, la información y la oportunidad. La gente normal piensa que los negocios en los que más puede ganar (o perder) son los más riesgosos y esto para un buen inversionista no es así.

REGLAS DEL BUEN INVERSIONISTA
a) Como norma general nunca arriesgue todos sus fondos en un solo proyecto, pero tampoco tema hacerlo cuando esté absolutamente seguro de su oportunidad.
b) Trate de encontrar un mercado en el cual especializarse. Invertir en mercados conocidos mejora las oportunidades de éxito.
c) Esté preparado para cambiar de mercado cuando haya cumplido cada etapa. d) No cambie la familia, los afectos y los amigos por los negocios. Este camino es para permitirle un mejor nivel de vida, no para esclavizarlo.
e) No se deje llevar por la ambición desmedida y sea honesto siempre.
f) Mantenga separados sus “fondos de inversión”, de sus cuentas personales.

La idea de ser inversionista es que valga la pena levantarse cada mañana. Disfrútelo.

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