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NO ES FÁCIL MORIR


No es fácil morir. Sobre todo cuando se trata de una empresa o de un proyecto soñado.

Morir implica cuestionar y aceptar la pérdida, el fracaso, la ruptura y la renuncia... cosa que la cultura actual no acepta con facilidad.
Nos enseñaron a perpetuar, a proyectar la experiencia en el tiempo. Queremos pasar a la historia, mantener el status quo, porque ha sido sinónimo de privilegio... y conveniencia.
Las iglesias nos hablan de eternidad. La cultura nos refuerza la idea de la permanencia como valor. Construimos, monumentos, estatuas y empresas para que podamos perpetuar la existencia. Aunque hacerlo sea el equivalente de un suicidio lento.
El "éxito" (o poder) continuado, lo sabe todo quien lo ha tenido por más de dos segundos, es un fenómeno efímero... que se desvanece con facilidad. Como debe ser.
El poder logrado y sostenido inhibe o impide la posibilidad de renacer... niega los ciclos vida-muerte-vida-muerte-vida-muerte de las cosas vivas y frescas. Nos remite a la torpeza de la idea del crecimiento continuado. La estupidez del "logro" ascendente, madre de la acumulación, nos impide ver la inmensa riqueza implícita en el estar cambiando.
Mejor morir, soltar, dejar fluir. Aparecería la posibilidad autónoma de renovarnos, revisarnos, mejorar las relaciones. ¿No sería ese un paso adelante?

Nos aprendemos cada libro sobre estrategia y cambio y éxito y lo aplicamos al pié de la letra... en vez de volvernos cada vez más inteligentes (sensibles). Es tan dramática nuestra torpeza como civilización que estamos a punto de acabar con el planeta, el único que tenemos. La temperatura global está creciendo a ritmos jamás vistos. Tenemos sequías y/o inundaciones por todo el planeta. El polo norte ha cedido de manera alarmante. Crecen los disturbios, y las guerras, y los desplazados. La polaridad en América del sur se ha vuelto insostenible. Al ritmo que vamos, 40% de la humanidad puede tener escasez de agua dulce en el siguiente milenio. 50% de la gente en Colombia vive por debajo de la línea de la pobreza. Y esto es tan sólo el principio.

Colombia es un país de contrastes: extrema pobreza y extrema riqueza juntas. Simultáneas. La mitad de la población vive por debajo de la línea de la pobreza. Seis millones son indigentes. El cociente entre el 10% más rico y el 10% más pobre bien puede ser de 80 a 1. Es uno de los países más polarizados del mundo, con una rígida estructura de creencias y valores. No tiene sentido.

Las empresas no construyen valor al empujar y mantener resultados. Construyen valor cuando se reinventan a sí mismas en el acto, y en silencio; cuando perciben que es mejor "dejar pasar". Cuando saben decir "suficiente".

Además, la muerte, que implica desprendimiento, puede ser más interesante que la vida misma. Podría salir renovado. Sólo lo que ha muerto tiene la posibilidad de renacer. Lo que detestamos es dejar de vivir.

Experimente, explore la liberación del alma, antes de intentar la producción en masa, o el mejoramiento continuo.

Ensaye a ver lo que nadie más ve, lo que pocos perciben: las trampas y los trucos de escenario, los juegos de luces, la estética, hasta entender las cosas por lo que son y no son.

La vida es teatro rotativo, así juegue su rol, póngase el disfraz, tome la palabra. Muera a la rabia, y al resentimiento. Muera a la ambición, que es más de lo mismo.

Recuerde que más de 90% de las iniciativas (organizaciones) nuevas del país desaparecen antes de cumplir cinco años. Entienda que hasta el 80% de las empresas de familia se quiebran antes de la tercera generación... que hasta 70% de las empresas que estaban en Fortune 500 hace 25 años, ya no están ahí... víctimas de los impuestos, de las peleas entre socios, de la mala administración... de las maravillosas fuerzas del destino... y de la falta de sabiduría.

Conocimiento no es lo mismo que sabiduría. Y mal usado, se convierte en lastre.

La ignorancia ilustrada puede ser nuestra mayor limitación. Cuando una persona cree saber, ya no escucha al otro. Ya no se interesa en una solución diferente a la propia. La terquedad no es buen negocio. No es suficiente con ser un buen administrador para asegurar el desarrollo de su empresa o del país.

La innovación nace de romper y rehacer la estructura de pensamiento a cada momento, no de la inercia. Quien no lo comprenda, simplemente se perderá en los buenos deseos.

Un gerente incapaz de conocer y explorar las minucias de la muerte, está condenado a desaparecer... bien nos decía Einstein que no se pueden resolver los problemas complejos de nuestros tiempos con la misma estructura de pensamiento que les dio origen.

Resumen articulo revista dinero.

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