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28 MILLONES DE AFRICANOS ESTÁN A PUNTO DE MORIR DE HAMBRE

Guerras, sequía y pobreza tienen al mundo a las puertas de una de las más grandes catástrofes alimentarias de los últimos tiempos según la ONU.

En la aldea de Chidobe, en Zimbabue, Silendi Mpala espera pacientemente en la puerta de la escuela a que el camión con ayuda alimenticia llegue. Tras ella, decenas de hombres y mujeres venidos de veredas cercanas se agolpan para recibir la ración mensual de alimentos que les ayudará a combatir el hambre durante los próximos días.

En casa de Silendi, ocho personas -entre ellos su enfermo esposo y dos de sus hijos- esperan impacientemente su llegada. Las otras cinco ya no esperan nada. La semana pasada el camión con alimentos de la ONU no llegó y sólo pudieron comer tres veces en siete días. Por eso, ya se resignaron a morir de hambre.

Cerca de allí, Maggie Khumalo, una anciana de 65 años, mueve su cabeza de un lado a otro con desilusión. Ella ha vivido cerca de Chidobe toda su vida y no puede creer que la situación haya llegado a este extremo. "Lo poco que pudimos cultivar prácticamente se acabó. Desde hace una semana mis cuatro nietos sólo comen calabaza una vez al día".

Pobreza y política
Silendi y Maggie son sólo dos de los 6,5 millones de zimbabuenses (el 50 por ciento de la población) que, según las Naciones Unidas, requieren hoy ayuda alimenticia.

La grave sequía que causó la pérdida de las cosechas de trigo en las provincias del norte y del sur del país y la decisión del presidente Robert Mugabe de desalojar a miles de granjeros blancos para llevar a cabo una redistribución de tierras han sido factores claves para que la mitad de los zimbabuenses engrosen hoy la lista mundial de malnutrición. La expropiación dejó al país sin capacidad agrícola por lo que Zimbabue pasó de ser exportador a importador de alimentos (ver causas).

Pero Zimbabue no es el único. Zambia, Malawi, Swazilandia, Lesotho y Mozambique comparten la misma situación. De acuerdo con el programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) 12,8 millones de personas en estos países del África austral están acabando con sus pocas reservas de comida y podrían morir de hambre el próximo año.

En Lesotho, por ejemplo, unos 440.000 habitantes o sea la quinta parte de su población (2,2 millones) podrían morir de hambre, según la Unicef. Lesotho está cubierto por nieve, las comunidades, aisladas, no pueden recibir ayuda humanitaria y sufre una epidemia de sida que afecta al 23 por ciento de la población.

La situación es tal que la semana pasada James Morris, director del PMA, advirtió que "si no se toman medidas, el año próximo asistiremos a una devastadora oleada de sufrimiento y muerte". Según él, la demanda actual por comida a su organización (800.000 toneladas para un año) "no tiene precedentes" debido, sobre todo, a los problemas relacionados con los cambios climáticos.

Camino de muerte
En Cuemba (Angola), nadie sabe cuántas personas han muerto. La población quedó aislada a causa de una guerra civil de 27 años que destruyó los puentes que la comunicaban con el resto del país.

Algunos de sus habitantes, desesperados, emprendieron una caminata de 75 kilómetros hacia la vecina Camacupa pero muchos murieron. Sus famélicos cuerpos no resistieron las crueles condiciones climáticas y sus cadáveres quedaron a lo largo de los caminos.

"No llegaban camiones, no había puentes; por eso no teníamos alimentos. Los rebeldes de Unita (Unión para la Independencia Total de Angola) destruyeron todo. Apenas comíamos las pocas frutas que encontrábamos en los árboles", aseguró Alberto Marco, uno de los sobrevivientes, a un grupo de Médicos Sin Frontera (MSF) que llegó al lugar.

En ese país, la hambruna no se debe simplemente a la sequía, sino a la forma peculiar en que se desarrolló el conflicto. "La población civil era blanco tanto de las fuerzas del Gobierno como de los rebeldes. Unos y otros obligaban a la gente a desplazarse hacia áreas bajo su control impidiéndole establecerse en algún lado y cultivar", señala Erwin Van der Bort, de MSF.

El panorama también es desolador en Kenia, donde miles de cabezas de ganado han muerto de hambre y sed mientras los agricultores siguen esperando a que las lluvias lleguen con mayor fuerza para que la tierra vuelva a vivir. En el país, más de cuatro millones de personas enfrentan la posibilidad de morir de inanición mientras el Gobierno urge a la comunidad internacional a apoyar el Programa de Alimentos de la ONU.

Mujeres y niños
Las estadísticas de la FAO muestran que la cantidad de hambrientos en el mundo aumentó de 800 millones en 1996 a por lo menos 1.100 millones en la actualidad.

En todo el continente africano 28 millones de personas están amenazadas por el hambre y las principales víctimas son las mujeres y los niños.

Eso es algo que salta a la vista en el hospital de Cuemba, donde entre las camas de hierro, sin colchones, se acurrucan decenas de niños.

"Están tan desnutridos que a muchos les cuesta sonreír", dice Van der Borgt. Sus miradas perdidas son similares a las de varios infantes de la aldea de Nhawali (Zimbabue), donde la desnutrición afecta al 8 por ciento de los niños y al 9 por ciento de las mujeres.

En la aldea, 89 de los 450 menores que asistían a la escuela abandonaron sus estudios en enero porque con frecuencia deben emprender caminatas de dos y tres días en busca de alimentos.

"La situación es muy difícil", dice Mchasisi Gasela, profesor de la escuela secuendaria de Nhwali a un periodista de The New York Times, mientras espera a que alcance la ración de comida gratis que reparte la ONU o a que el poco dinero que tiene le sirva para comprar un puñado de trigo que vende el Gobierno.

"Para que los niños asistan a cases debemos (los maestros) compartir nuestra comida con ellos. Casi todos pasan hambre durante dos o tres días, por eso se duermen en clase, los más pequeños están débiles, no rinden en sus estudios pero no podemos exigirles. Hacerlo sería un crimen", cuenta Gasela.

En Chidobe, Silendeni Mpala afirma: "Mis hijos están muy enfermos, no tengo cómo alimentarlos, ya no van a clases. Lo máximo que he podido darles es té y vegetales secos. Aquí el pan y los huevos son artículos de lujo. Hago lo que puedo pero sé que en poco tiempo también morirá. La hambruna nos está matando a todos".

Las causas del hambre
El gobierno de Zimbabue permite que algunas organizaciones de asistencia distribuyan alimentos gratuitos en el país pero mantienen el monopolio de la venta de granos. Aunque ha negado reiteradamente que usa los alimentos como arma política contra la oposición, varios testimonios recogidos por la FAO aseguran lo contrario.

Tony Hall, embajador de E.U. ante ese organismo, que estuvo hace poco en Zimbabue, afirmó: "En varias ocasiones el gobierno se ha negado a vender cereales a los simpatizantes de la oposición y en las zonas donde habitan los opositores".

En Malawi, Zimbabue y Zambia, las lluvias llegaron a la región en época en la que las cosechas estaban madurando y anegaron la mayoría de los cultivos. Otro problema que enfrentan estos países además de la carencia de alimentos es la falta de infraestructura adecuada para llevar la ayuda humanitaria.

Malawi, Lesoto y Botsuana son los países con mayor cantidad de seropositivos en África. Eso hace que sus poblaciones, debilitadas por la enfermedad, no puedan dedicarse a la agricultura.

El triángulo pobreza, hambre y muerte es común en los países subdesarrollados que padecen de hambre.

La corrupción y los malos gobiernos que se apropian de la ayuda alimentaria contribuyen a la escasez de alimentos en la mayor parte de los países subdesarrollados.


CIFRAS DEL HAMBRE EN ÁFRICA
·         32 de los 48 países subdesarrollados se encuentran en África subsahariana.

·         250 millones de personas de África viven con menos de un dólar diario. De ellos 200 millones viven en zonas rurales.

·         185, 5 millones de africanos padecen desnutrición crónica.

·         26 millones de niños africanos (30 por ciento del total de la población) están desnutridos y la mitad de las muertes de estos niños ocurre en edad preescolar a causa del hambre.

·         La producción de alimentos per cápita en África cayó al 23 por ciento en los últimos 25 años.

·         200 millones de personas que viven en África se ven afectadas por la tensión hídrica y 6 millones padecen problemas por la escasez del preciado líquido. El rápido crecimiento de la población, asegura la FAO, empeorará el problema.

·         En 24 años, 230 millones de africanos padecerán por carencia de agua.


LAS CIFRAS DEL HAMBRE EN EL MUNDO
·         En América Latina y el Caribe, la reducción del hambre fue apenas de un 1,8 por ciento en los últimos cinco años. Hoy son 46 millones de hambrientos y 211 millones de pobres.

·         El ritmo de erradicación del hambre en el mundo es de apenas 6 millones al año. Casi cuatro veces menos de lo necesario para cumplir con la meta de 400 millones de hambrientos en el 2015.

·         Para reducir el hambre a la mitad en los próximos 13 años es preciso invertir 24.000 millones de dólares anuales cada año en el mundo.

·         6,6 millones de niños mueren anualmente de hambre en el mundo.

·         La erradicación del hambre aumentará la producción y generará 120.000 millones de dólares anuales en beneficios.

·         1.100 millones de personas, el 20 por ciento de la población mundial, padece hambre y vive con menos de un dólar diario.

·         Hace cinco años la FAO se propuso bajar la hambruna en un 50 por ciento, reduciendo anualmente los mal alimentados en 22 millones. El promedio sólo se ha bajado en seis millones anuales.

·         En Colombia, más del 10 por ciento de la población ingiere solo dos comidas al día.

·         Centroamérica, la más afectada en el continente

·         8,6 millones de centroamericanos vive en "el corredor de la sequía", una extensa zona que abarca la parte central-norte de Nicaragua, el suroeste de Honduras, el este de El Salvador y el noroccidente de Guatemala, expuestos a periódicos desastres naturales y a una aguda escasez de alimentos.

·         "Después de años de desgracias a esas familias no les queda nada para vender, para cultivar o para comer. Están hambrientas", afirma Zorayda Mesa, directora del PMA para América Latina y el Caribe.

·         Las principales víctimas de esta crisis son los niños menores de cinco años. La desnutrición crónica afecta al 23 por ciento de la población infantil en El Salvador, al 33 por ciento en Nicaragua, al 38 por ciento en Honduras y al 48 por ciento en Guatemala.

·         "Estas sequías recurrentes y otros desastres naturales como el Huracán Mitch, terremotos y otros, han dejado a miles de familias pobres que conforman una población de 8,6 millones de personas sin sus cosechas de autoconsumo", afirma Mesa.

·         La crisis alimentaria afecta a 2,6 millones de personas en Nicaragua, 2,2 millones en Honduras, 1,3 millones en El Salvador y a 2,5 millones en Guatemala.


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